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martes, 8 de junio de 2010

La jurisprudencia ¿es una comedia?, ¿es una tragedia?



Los juristas están acostumbrados a ocuparse de casos. De casos concretos, como dicen. De casos específicos. Extraño, porque todos los casos son concretos, así como cada caso es específico. Tal vez cuando los juristas hacen esta afirmación quieren decir algo más. Por ejemplo, quieren decir que un caso no se presenta nunca como un caso, como un trozo de mundo, un pedazo de tiempo, como una aparición que se manifiesta y desaparece. Todo aquello que se dice, lo dice un observador, ha escrito Maturana.

Nosotros podremos decir: todo aquello que acaece, acaece porque un observador lo diferencia de cualquier otra cosa. En otras palabras, si no se opera una distinción, no se interrumpe la ininterrumpida cadena del presente. Y si no se hace diferencia, no hay tiempo. Y sin tiempo no hay pasado, pero tampoco futuro. Y si no hay pasado ni futuro, no hay casos, porque los casos han sucedido o sucederán. Digamos entonces que el jurista se ocupa de aquello que construye como caso. Aquí, por ejemplo, tenemos un caso interesante. Que debemos interpretar, del cual debemos buscar las motivaciones, sobre el cual debemos decidir, dado que ya en el nombre que ha sido dado al caso hay una alternativa.

En un breve relato de Thomas Bernhard. El título es el siguiente: ¿Es una comedia?, ¿Es una tragedia? Se trata de esto: un hombre ha decidido ir al teatro. Mientras se encamina, es presa de pensamientos, de dudas, de tormentosas incertidumbres. Llega a un palco, encuentra alguien que le habla. Este le dice que también él durante años ha venido al teatro, pero que aquella noche no lo habría hecho. El desconocido se pregunta si aquella noche en el teatro sería una comedia o una tragedia. Invita al hombre que originariamente pensaba ir al teatro a hacer un paseo y le asegura que hablando con él habría descubierto, a partir de los caracteres de su persona, si aquella noche en el teatro sería una comedia o una tragedia. Y mientras caminan el desconocido hace la siguiente afirmación: “el mundo es un mundo completamente, profundamente jurídico, como Usted quizás no lo sabe. El mundo es una sola, grandiosa jurisprudencia”. Más aún, agrega: “El mundo es una sola jurisprudencia”.

(Extracto tomado del ensayo con el mismo nombre en prensa en "Interpretación jurisprudencial" (SCJN, México, 2010)

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